Nace de la fusión entre el metal y el movimiento. Inspirado en la fluidez del agua y en la perfección de una gota suspendida, esta pieza captura un instante efímero: el momento exacto en que el líquido parece detenerse, antes de caer.
Su diseño minimalista y orgánico está compuesto por dos extremos suavemente curvados que se enfrentan sin tocarse, como si dos gotas metálicas dialogaran entre sí. La silueta asimétrica transmite una sensación de armonía en movimiento, evocando la naturaleza de lo líquido: adaptable, cambiante, siempre en busca de su forma más pura.
Fabricado en acero inoxidable, el Anillo Liqué resplandece con un acabado espejo que refleja la luz de manera hipnótica. Su superficie lisa, sin interrupciones, invita al tacto y simboliza la continuidad —la idea de que todo fluye, todo se transforma, todo regresa a su origen.
El contraste entre sus dos tonos —dorado y plateado— representa la unión entre fuerzas opuestas: sol y luna, energía y calma, materia y espíritu. Es un diseño que no busca protagonismo, sino conexión: con el cuerpo, con el entorno y con quien lo lleva. Cada gesto del usuario se convierte en una extensión de la joya, como si el metal respondiera al movimiento natural de la mano.
Liqué es una joya que trasciende lo ornamental. Es una metáfora visual del equilibrio interior, una escultura pequeña que reposa sobre la piel. Puede llevarse sola, como pieza de contemplación, o acompañar al Anillo Dualis para crear una composición visual más intensa dentro de la colección Formas del Movimiento.